- La Pista Urbana
- Posts
- Recompensas
Recompensas
Lecciones del frío, madrugadas y nuevos comienzos
-2°C es una temperatura engañosa. Asusta ver el signo negativo, pero realmente no sé qué tan diferente sería a -5°C, por ejemplo. Son las 3:30 am y estoy en el patio de mi casa a -2°C. Siento el aire gélido en mi cara, mientras una nube de vapor se escapa de mi boca.
Espero, mientras me congelo.
Dicen que las personas que nacemos en invierno no somos precisamente amantes del frío. Yo nací un día muy frío de enero. De hecho, mi mamá dice que había hielo en las ventanas. Desde siempre, trato de evitar el frío. Soy de las que usa doble calcetín y la pijama debajo del pantalón.
El año pasado fue distinto. Me propuse vencer al frío y mantenerme constante en el gym durante diciembre. Me sentí orgullosa, no solo por entrenar, sino por hacerlo a pesar del clima. En enero, quería continuar ese impulso. Incluso imprimí mi calendario de entrenamientos. Pero, como suele pasar, los planes cambiaron.
Como ya les había contado, hace poco más de un año, en mi familia nos despedimos de mi cachorro de 12 años. Me llevó todo el año pasado para sanar y poder volverme a abrir a la idea de tener una nueva mascota.
Para finales del año pasado, empecé a buscar un nuevo cachorro. Y entrando enero, llegó la oportunidad que estaba buscando.

El pequeño Jackson es un Blue Heeler, también conocido como Pastor Ganadero Austaliano. Tiene 2 meses y es una bola de energía. Y como todo cachorro, al inicio, requiere de mucha atención y entrenamiento.
Así que aquí me tienen, a las 3:30 de la mañana, a - 2°C esperando a que haga lo suyo. "Vamos Jackson, pipí, vamos". Tan pronto termina, lo levanto y lo llevo de vuelta a su camita calientita en la calefacción de mi cuarto.
Una de las cosas que sabía de la raza, pero que más me ha impresionado, es lo rápido que es para aprender. Desde el primer día, empecé a entrenarlo con algunos comandos fáciles como "sit" y "come". Y realmente es muy bueno aprendiendo. Claro, todo con su debida recompensa. Jackson sabe perfectamente que si aprende y hace lo que le digo, recibirá una recompensa. A veces es una croqueta, a veces es una caricia con mucha emoción.
James Clear lo describe en su libro Atomic Habits. La segunda ley de los hábitos es "hazlo atractivo". Si después de una acción recibes algo que te gusta, desearás repetirla. La clave está en hacer que el hábito se sienta como una victoria constante.
Estos días ha sido difícil volver a entrenar. Entre las noches de desvelo y el frío ártico, prácticamente imposible. Pero pronto vendrá el día. Espero contarles que Jackson y yo ya estamos corriendo muchos kilómetros. Pienso en la recompensa: la satisfacción de vencer la resistencia, incluso en los días más helados, como aquella madrugada a -2°C. Y sé que lo vamos a lograr.
Felices trotes :)